“Para empezar…”

Desde hace algún tiempo he tenido la oportunidad de impartir cursos y capacitaciones en distintos lugares sobre ventas, branding, procesos de planeación y logística para la industria de las bodas y turismo de romance, lo cual me  ha dado la oportunidad de conocer a proveedores talentosísimos de toda la República mexicana.

Y en el compartir y compartir con ellos, constantemente retumba el coincidir en el uso de “plataformas  convencionales” que promueven servicios para la industria de las bodas como parte de su estrategia de ventas. No era necesario ahondar demasiado para que todos en conjunto descubriésemos que el factor en común terminaba siendo que era necesario pagar grandes sumas de dinero para ser “encontrados” y “vistos” en un enorme océano de proveedores (muchos de los cuales, hay que decirlo, no hay quien los conozca o pueda garantizar su calidad). 

A esto, se suma que aunque hay un gran interés en la mayoría por contar con las herramientas para generar estrategias propias de marketing las cuales funcionen, es complicado y poco común que las pymes podamos tener un departamento concreto que se dedique de lleno a diseñar y establecer estrategias claras para lograr llegar a un mejor mercado o elevar las ventas dentro de una industria la cual es sumamente competida.

Este año, extraño y difícil para todos, cumplo catorce años de trabajar dentro de la industria… y en el siempre escuchar, palpar, sentir, lidiar e intentar entender cada una de las necesidades de las parejas, he caído en la cuenta de que la principal preocupación de todas ellas al iniciar el proceso de planeación de la boda, es el de contratar y poder contar con proveedores profesionales que realmente cumplan con lo que prometen; proveedores tan apasionados de su trabajo que incluso superen sus expectativas… proveedores que anunciados y plasmados como estaban (o eran encontrados) en las ya dichas “plataformas convencionales” no hacían más que aumentar la angustia, desconfianza e incertidumbre de las parejas al no contar con algún tipo de filtro, estudio o investigación, certificación de calidad o incluso garantía de qué es lo que los hiciera estar en ellas más allá de la posibilidad de pagar un espacio como si de la sección amarilla se tratara.

Alrededor de eso (y tantas cosas más que volaban en esta loca cabecita) comencé a ser consciente de que aquellos “sitios o plataformas” no ofrecían a parejas y proveedores el espacio que verdaderamente necesitábamos; que no nos permitían lograr (o superar) las expectativas que buscamos; que en algunos casos, incluso, no nos terminaban de cumplir con necesidades elementales; en síntesis, que salvo a la economía de los propietarios de los propios “sitios o plataformas”, estas no le funcionaban ni a las parejas, ni a los proveedores, ni a nuestra industria.  

Una gran boda es el resultado de un gran trabajo en equipo, de la coordinación total de diversos elementos en los cuales cada uno de ellos debe brillar por sí solo pero que en la labor conjunta hacen que el resultado sea magistral. Las parejas merecen (y deben) tener la tranquilidad de poder contratar a proveedores profesionales comprometidos y conectar con ellos no solo por ser grandes profesionales sino también por hacerlos sentirse “cobijados” por contar con excelentes personas como proveedores para su boda. 

 “Como México no hay dos” dice una frase quizá muy trillada pero en la cual creo firmemente. Y a pesar de que nuestro país es inigualable y tan rico y lleno de TODO lo que nos podamos imaginar (cultura, tradiciones, arquitectura, belleza natural, clima, etc.), los mexicanos cada que tenemos oportunidad de viajar, preferimos ver “hacía afuera” en lugar de “hacia dentro”. Hoy más que nunca es imprescindible que comencemos a promover nuestros destinos y el Turismo de Romance en México… dar a conocer todas aquellas experiencias que los destinos de México pueden aportar a las bodas, lunas de miel, viajes de aniversario, escapadas románticas, entre otras; es momento de que hablemos de nuestro país y de la enorme riqueza en cada uno de sus destinos; es hora de valorar todo lo que tenemos; es turno de dejar de pensar que la industria de los eventos y el turismo trabajan y hablan por separado: es tiempo de amalgamarnos y actuar como uno mismo. 

 Y para ser estos proveedores profesionales y comprometidos con nuestra pasión, nuestra industria y nuestro país debemos estar sumamente capacitados. Hoy más que nunca, alrededor de lo gravemente golpeado que ha sido nuestro sector como consecuencia del covid-19, debemos asumir que el aprender nuevas herramientas y formas de hacer las cosas debe de ser una constante en nuestra vida, que el siempre “ir más allá de lo que sabemos” es lo que nos hará diferenciarnos del resto. 

Amo lo que hago, amo a la industria a la que pertenezco y sobre todo amo a mi país. Ignoro si antes de esto que estamos viviendo todas y todos, hacía mucho o poco (no soy quién para establecerlo)… pero esta “pausa obligatoria” terminó de hacerme entender que fuera lo que fuera que estaba haciendo no bastaba, no era suficiente. Que hacía falta no solo aportar un “granito de arena” o “dar pequeños pasos”… que esta industria me ha permitido conocer personas maravillosas y sumamente humanas, capaces, creativas y talentosas ofreciendo una impresionante calidad en sus servicios y que éstas conocen a tanta gente y empresas más y que conociéndonos o no de forma directa nos une el amor y el sueño no solo por sacar adelante a nuestra industria sino por transformarla y llevarla tan alto como merecer estar y lo cual no será posible si no lo hacemos como una gran y sincera COMUNIDAD. 

¡Bienvenidos a Wedsite!  

Paula Abreu
Paula Abreu

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