No se trata de reinventar el hilo negro sino de cuidadosamente elegir elementos que favorezcan a la reputación de nuestra marca para que destaque. Específicamente en la industria turística y todas sus vertientes, es importante señalar que la marca destino juega un papel importante dentro de nuestra oferta, por lo que es importante conocerla para poder crear experiencias emocionales que perduren en la mente de nuestros clientes.
La marca destino debe de comunicar sentimientos, cultura y la experiencia que se debe de transmitir al vivirla, siempre con una visión a largo plazo (logrando así hacerla rentable y funcional para el destino), definiendo su mercado meta y la percepción que se tenía, tiene y puede tener del destino. Logrando su singularidad y así un diferenciador a los demás sitios con una oferta similar.
Lamentablemente en pocos destinos turísticos se aprovechan estos elementos, incluso dejando de lado a los prestadores de la industria turística, desplazándolos de la posibilidad de ser embajadores de marca y perdiendo la oportunidad de crear un proyecto turístico neurosensoperceptivo (que se percibe por los cinco sentidos e influye directamente en la mente emocional).
Pongamos un ejemplo de cómo crear una experiencia neurosensoperceptiva imaginando un hotel boutique situado en la ciudad de Mérida, Yucatán. Lo ideal es que desde la llegada al mismo se prueben elementos típicos de las gastronomía local apelando al sentido del gusto (quizá una deliciosa bebida refrescante como el agua de pitahaya y un bocadillo de cochinita pibil) explicando por qué y la importancia de estos en la región; para el sentido del tacto se puede ajustar la temperatura a un ambiente agradable que no contraste el calor externo con un golpe de frío sino que lo haga gradual y agradable para el usuario; la iluminación será el factor que influya en el sentido de la vista, se puede diseñar una iluminación fría “fresca” de día y cálida y amena de noche; el olfato se refuerza con aromas que influyan en el estado de ánimo del usuario, que le den vida y energía de día y lo relajen y llenen de armonía por la noche; por último, para el sentido del oído se puede crear un audio que transmita una experiencia única utilizando diseño sensorial enviando sonidos de lado a lado para mantener su atención presente en elementos distinguidos de la zona.



Recordemos que cada detalle debe ser coherente entre lo que es la marca del hotel con la marca destino. Si se tiene claro cuál es el mensaje de Mérida, se podrá diseñar con mayor claridad y congruencia el del hotel y así uno se refuerza con el otro.
El diseño, la imagen, reputación y grandeza de cada marca no radica en un solo detalle. Se debe de crear una estrategia global y después observar cuáles son los elementos que ayudarán a estimular los sentidos y las emociones de los usuarios para lograr así crear una marca destino neuroperceptiva.